«Una gran dificultad de emprender es que no tenés a nadie que te diga qué hacer» señaló Facundo Rosa de tan sólo 24 años, que describió que «lo hago tiempo completo porque hasta cuando no estoy ‘haciendo’ algo puntual de SimpLex, problamente lo esto pensando». Además de formar parte de un grupo de personas que empredieron la difícil tarea de emprender, es egresado de la escuela ORT actualmente está cursando Ciencia Política en la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM) y además trabaja en una agencia de alquileres temporarios.


«Obvio que por un lado está la belleza de no tener un jefe dándote órdenes, pero cuando te das cuenta que ese rol lo tenés vos, terminas obligado a desarrollar una disciplina que te mantenga activo, haciendo lo que hay que hacer y cumpliendo con los tiempos», destacó Facundo sobre la tarea con la que se encontró cuando empezó a desarrollar su idea. Él reconoció que durante el proceso lo más difícil o lo que «más vértigo te da» es «no tener a quien te diga que estás haciendo las cosas mal»; aunque aclaró que gracias a la participación de su padre de manera indirecta con muchos consejos y experiencias «no podría haber llegado hasta acá».
Rosa recordó que tampoco fue posible para el crear SimpLex sin haber contado con los socios, «el proyecto realmente empezó cuando le trasmití la idea a Manuel Alfonso, uno de mis amigos más cercanos quien hoy es mi socio y el encargado del contenido legal», destacó que «como estudiante de derecho, estaba en una posición muy estratégica» y agregó «eso combinado con su calidad humana y empatía resultó en la fórmula ideal». Y «la llegada de Francisco Krafft cómo desarrollador, SimpLex pasó oficialmente de idea a proyecto».
Facundo Rosa, Manuel Alfonso con 24 años, igual que Facundo, y Francisco Kraeftt de 25 años crearon ‘SimpLex: Derechos de Bolsillo’, una plataforma destinada a resolver situaciones que requieren una solución legal, sin tener que ser abogados, los tres señalan que la App tiene por misión «democratizar el conocimiento de nuestros derechos». Sumada a la tarea de vivir la vida una vez egresado del secundario, sabiendo lo vertiginoso que puede ser, viendo y palpando las injusticias con las que se encuentran en el diario, empezaron un viaje difícil en Argentina. Emprender.


«Dormir. Sin duda. Ahora me río pero la realidad es que perdí la cuenta de las noches que pasé en la oficina metiéndole a ésto» mencionó Facundo, haciendo referencia a la complejidades que tuvo que atravesar mientras ponían manos a la obra. «Si dejara de desvelarme aunque sea una noche por semana, todo iría mucho más lento aún» y concide «hace poco leí una frase que decía ‘no quería ser empleado para trabajar 8 horas por día, así que me hice emprendedor y ahora laburo 24′«.
La complejidad de encarar todos los frentes que requiere ser parte de un proyecto, que tiene por valor agregado solucinar problemas para la sociedad desde algo tan simple como sus propios derechos, es una labor que puede ser realmente frustrante y cansador. En relación a ello, Facundo sugirió que «me las esperaba, pero no sabía que las iba a sufrir tan intensamente hasta que las viví en carne propia« aunque aclaró que «ahora duermo más tranquilo sabiendo que ni el éxito ni el fracaso son permanentes, que siempre hay una oportunidad para levantarte e intentar hacer las cosas bien».
Desde lejos, se puede vislumbrar el empuje de los 24 años «aunque los errores te enseñan también pueden desmotivarte, por eso hay que saber disfrutar las victorias también. Para que te impulsen a seguir, con ganas y energía. Y para que cuando estás sufriendo una derrota, te acuerdes de cuando celebraste un triunfo, y acordarte que si ayer ganaste y hoy perdiste mañana podes estar ganando otra vez. Solo es cuestión de seguir y aguantar los golpes, a lo Rocky». A veces los más jóvenes pueden dejar mucha más enseñanza que una persona considerada ‘vieja’ por la edad que tiene, a veces lo de menor edad pueden decir muchas más verdades que los de mayor edad y Facundo es un ejemplo de eso.
Sin miedo a la humildad, Rosa destacó que «el autor de su ideantidad estética y el encargado de darle una interfas intuitiva al usuario, es y será Agustín Posse, un talento nacional que tenemos la suerte de que nos acompañe desde el principio». Pero Facundo, también forma parte del desarrollo del proyecto «soy el CEO que básicamente es un término elegante para referirse al que hace las cosas pase dentro de una start up» y, por suerte, aclaró «siendo más específicos, mi rol consiste en tener un panorama amplio y completo del proyecto, observar las diferentes áreas que lo componen desde arriba y asegurarme que cada una de sus áreas (desarrollo, data entry diseño, etc.) esté cumpliendo sus objetivos de manera individual, mientras en paralelo superviso que estén alineados entre sí».
Y en ese punto se entiende el compromiso que conlleva la posibilidad de emprender, «a veces es un domingo a las 11 de la noche y estoy con SimpLex, o un jueves a las cuatro de la mañana, como ayer« confesó. Los paradigmas de la sociedad sobre lo que deben o no hacer, los jóvenes fueron cambiando con los años y con ello, llega también la responsabilidad inconsciente de responder de una manera satisfactoria y la presión puede ser realmente alta.


«El mayor miedo superado podría decir que es el de la crítica, postergué la exposición de SimpLex, mucho más tiempo del que debería por varios obstáculos que fueron surgiendo, pero sin duda un factor muy importante era el miedo a la crítica y del rechazo total» sostuvo Facundo, que inconscientemente rompe con más barreras de las que se había propuesto. De todos modos, el resultado del lanzamiento fue superador a las espectativas y los comentarios que llegaron fueron consejos para hacerles mejoras.
«Llevando adelante SimpLex aprendí a liderar un equipo, a desarrollar un producto, a materizalizar una idea. Me enseñó a organizarme, a desarrollar una disciplina que se adapte a mi personalidad, y a sacar energía y motivación de dónde sea cuando uno no la encuentra en ningún lado» manifestó Facundo. Aunque aclaró que «la mayor enseñanza que me me deja es que la parte más improtante de todo esto es itentarlo».
Claramente Facundo Rosa tiene más para enseñar de lo que sus palabras pueden decir, el estilo de vida, los objetivos, la firmeza y humildad, todo un poco más incluso antes de cumplir 30 años. La juventud que está en este país, país que hace las cosas un poco más compleja para todos, tiene en las manos la posibilidad de que el día de mañana las cosas cambien de fondo, de verdad, tamaña reponsabilidad que a muchos abruma y a otros los empuja a animarse.