Con una voz, que muestra total calma y control de la situación, alguien a quién con sólo escucharlo hablar se puede sentir tranquilidad, todo lo contrario a su adrenalínica profesión o vocación, Sergio Mustafasa es Jefe de cuerpo de Bomberos Voluntarios de Sierra de los Padres. Le dedica su vida al servicio del otro, al servicio de salvar vidas de personas desconocidas, cuidar pertenencias ajenas y «asegurar la prestación del servicio emergencia» señaló el profesional.


La jurisdicción que cubren desde el organismo es de más de 67 mil héctareas, que incluye sierras, lo cuál implica que la capacitación que deben tomar sea considerando las exigencias de la topografía. «Nosotros tenemos los incendios grandes forestales que a veces amenazan vidas, bienes» y sostiene, siempre hablando como un equipo y no un trabajo solitario que «nosotros salimos de casa o salimos del trabajo para el incendio, para el cuartel, para poder contrarestar el sistema de emergencia o para la respuesta de emergencia pero no sabemos a qué hora regresamos».
Sergio señaló que ninguna de las personas que trabajan en el cuartel lo hace a tiempo completo, es que la profesión que eligieron no les brinda un sueldo para subsistir, solo cuentan con una obra social y una jubilación cuando se cumplen los 25 años de aporte o 20 y 60 años de edad. «Nosotros tenemos un montón de bomberos, cada uno se dedica a lo suyo, nosotros acá tenemos profesores, tenemos maestros, profesionales de la salud, gente que se dedica a la gastronomía, gente que se dedica a trabajar en empresas de seguridad, en mi caso en particular yo me dedico a lo que es la construcción, soy techista en realidad».
Mustafasa está en el cuartel de Sierra de los Padres desde el 2014 pero comenzó años antes en 1992 en Santa Clara del Mar dónde alcanzó el rango de Jefe de Bomberos y en 2005 decidió mudarse a Mar del Plata, al retomar su carrera obtuvo el cargo de Subcomandante. De todos modos, «el comportamiento del fuego es extremo en muchas ocasiones» explicó Sergio, y por más de contar con años de experiencia y estudio en el desenvolvimiento del incendio, depende de diferentes factores como el viento, el tipo de reacción que se debe tener.
«También cuando vamos en respuesta de los accidentes, también son todos diferentes, nunca vamos a encontrar situaciones, similares pero no iguales» detalló el Bombero. El trabajo articula el cuidado de la vida de las personas y/o animales, bienes y del medio ambiente, lo cuál implica que quizás el comportamiento puede ser un poco predecible, son muchísimos los factores que entran en juego cuando se reporta un incendio o accidente.
Actualmente el sistema de capacitación de Bomberos Voluntarios requiere que se finalice el secundario, y Sergio, cuando comenzó no había logrado finalizar sus estudios, por lo que éste pedido lo motivó a obtener el título de la escuela secundaria. Se nota que las trabas que pueden ser para cualquier persona, para Mustafasa representan un obstáculo a superar, no un impedimento para no avanzar, sino algo que lo motiva a seguir adelante y superar las barreras.
«Siempre hay miedos, a uno lo afecta más tal vez, cuando hay menores de edad, eso pega mucho en el Bombero» aclara Sergio pero explica que «uno quiere tratar de resolverlo», y destacó que las «alegrías son muchísimas, el Día del Bombero Voluntario, un día cómo hoy es uno de los días más importantes, estoy rodeado acá en el cuartel con gente muy querida, amigos, camaradas, gente con la que hemos pasado por muchos servicios juntos«. «No todo es angustia, no todo es dolor, a veces en los servicios de emergencia se puede llegar a contrarestar las situaciones difíciles por medio de alegrías, de hecho salvar una vida o tratar de salvar un bien o el medio ambiente eso supera todo con la alegría» rescató Mustafasa.
La tan sola idea de creer que un incendio te puede arrebatar la vida en un segundo es realmente complejo de enfrentar, muchos son los niños que dicen que de grande les gustaría ser Bombero pero llegada la mayoría de edad los miedos pueden ser un impedimento. Para Sergio, el día que escuchó la sierena convocar a los bomberos el padre lo llevó al cuartel y luego verlos subir a la autobomba para socorrer a la comunidad le despertó un impulso que lo llevó a reforsar su iniciativa de ayudar a las personas «de una u otra forma».
«Nosotros salimos al servicio de emergencia y siempre tenemos que saber que alguien nos está esperando», reflexiona Sergio y le recomienda a todo el cuartel que piense en que tienen que volver por esa persona que se queda aguardando el regreso. En ningún momento, Mustafasa habla desde el egoísmo o egocentrismo, el aprendizaje que reconoce que le deja la profesión para la vida está relacionado con su formación profesional para ofrecer un mejor servicio para la comunidad.
El mayor ejemplo de altruismo hecho persona, desde las palabras de Sergio Mustafasa pareciera que todos sus compañeros coinciden con ésta característica que los hace diferentes al resto. Amén de sus profesiones que les permiten mantener a sus familias, esa cuota de adrenalina y calma al mismo tiempo para poder sobrellevar tamañas situaciones, hacen pensar que podrían jactarse de lo que quisieran y así y todo eso, no ocurre y deja a todo el resto cómo algo chiquito.